butaca, y al calor del fuego su cara iba recuperando el suave tono tostado, mantenido con cuidado a lo largo de las estaciones. --Estaba encantado aquí --dijo, señalando la casa--. Fue feliz el día que mis padres me dijeron: es vuestra. AcababadenacerMaría,yporentoncesellosempezaban a escapar hacia el Sur... Julián escuchaba, pero sabía que Genoveva no hablaba para él. Era un intento de contarse a sí misma fragmentos