Y tú, a ver si estudias y obedeces a mamá... Era una costumbre del padre repetir muchas veces las cosas como si los que le rodeaban no acabaran de entenderle o diera por supuesto que nunca estaban atentos. O quizá temía que su presencia fuera tan necesaria quealmarcharsedebíadejarlesarropadoscon sus advertencias, cotas de malla barnizadas con la esencia misma de su protección. David percibía esa actitud responsable y sofocante del padre, y su respuesta era