indecisos. En ese momento oyen la llave en la cerradura. Suenan pasos cautelosos, pensando en el niño dormido, y aparece el viejo con aire, en efecto, de haberse divertido. Se disculpa vagamente y ellos le manifiestan su inquietud. -¿Soistontos?-replica-.¿Quémepuede pasar? ¿A mí? Renato sonríe: cierto, es impensable. El viejo continúa con buen humor, quitandose la pelliza: -Una tarde