te habrás asustado; no me pasa nada -gruñe con firmeza enternecida-. No es tan fácil que me pase. Es que esta gente ve sospechosos por todas partes y les gusta avasallar. Pero hubieran tenido que acabar soltandome. El guardia se retira discretamente. Renato no replicaysaleconsupadre,entregandolelacartera que le acaban de devolver. Al pasar vuelve a disculparse ante el sargento que, antes de entregarle al viejo, le ha reconvenido por esa negligencia con un enfermo