lo mismo que usted. El viejo no se lo esperaba. Se entristece casi más que por sí mismo. -Pero -protesta- usted es muy joven. El profesor se encoge de hombros... El viejo observa colillas en un cenicero: -¿Y fuma? Elprofesorrepitesugesto. -Como si quiere fumar usted... Pero los médicos hemos de prohibir el tabaco. -No, ya no fumo. Por mi nieto. El profesor aprueba con la