por todos los medios de justificar su anomalía. La justificación adoptó muchas formas. En literatura se llamó Melville, Emerson, Whitman, Twain. Hoy, gracias a la inesperada aparición de la decadencia, la anomalía histórica ha cesado y los Estados Unidos ingresanalanormalidad.Puedenreconocersesinrubor en los grandes imperios del pasado. Han recobrado la mortalidad: ya tienen historia. Los norteamericanos no están solos en su exultación ante su recién descubierta decadencia. Los acompañan
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RECONOCERII.1 - Darse cuenta [alguien] de que [alguien o algo] es una determinada entidad, ya percibida por los sentidos (esp. la vista)