manos enlazadas en actitud de plegaria. Su rostro absorto, de líneas absolutamente perfectas, expresa una seriedad y melancolía precoces mientras contempla algún objeto situado ligeramente a la derecha. Los cabellos caen en cascada sobre sus hombros y un vestido negro, muyholgadoymoteadodeblanco,lacubredel cuello a los pies, indultando solamente los brazos a la altura del codo. La increíble combinación de rasgos infantiles y adultos sorprende y encanta: nuestro mirón imagina la delicada terneza de