y luego el sol; beber al sol es peligroso...» --David me tenía miedo --se oyó decir a sí mismo, y le pareció una frase absurda, fuera de lugar. --¿Miedo? --preguntó Genoveva. --Miedo --repitió Julián. Peroellanoreplicó,noqueríaindagarlascausasde aquella afirmación tan gratuita, porque ¿qué miedo iba a tenerle David a él, qué miedo el poderoso al débil, el triunfador al derrotado? Aunque ¿quién era el derrotado?