oído muchas veces: «Para vivir así, mejor morirse.» Y necesitaba creerlo ahora que la abuela iba a marcharse para siempre. Necesitaba asegurarse de que nada la retenía aquí, tan vieja y tan enferma y tan ajena a todo. Laluznoregresabayporlasventanasmalcerradas entraba el silbido del viento. --Vaya una noche --dijo la chica, que había acabado por sentarse a su lado. «Cerrar los ojos