- ¡ A la salud del difunto! ¡ Y del dottore que le ha cuidado como Dios manda! ¡Viva el dottore! Bebe golosamente. En su cuello enflaquecido la nuez le baila como si flotara en el líquido descendente. Loshijoscallan;¿quédecirle?Apuradoel vaso, les mira y pronuncia sentencioso: -Asunto zanjado. ¡Y viva la Marletta, la buena magàra! Andrea le mira alucinada. «Vivo en el absurdo»,