Me gustaría..., pero te cambia más Brunettino. ¡Como te enterneces tanto con él!... Desde luego, yo te he dicho cosas, pero me crees gracias a tu angelote. ¡Si hasta por él me conociste! Su sonrisa extasiada confirmó a Hortensia que asíloadmitíaelhombre.«Elniñoessuverdad»,pensó Hortensia. Y remachó: -Brunettino empezó. A mí ya me llegaste maduro, tierno. -¿Tierno yo