hogaza morena. El viejo, que días atrás se hubiera encrespado ante semejante inspección, ahora sonríe: después de sus cenas familiares en libertad, ya puede tolerarle a la nuera sus pequeñas manías. Andrea llega por fin hasta su mesa de trabajo, enelestudio,trascontemplarunmomentoporelventanal los dos rascacielos, sus dos modernos obeliscos. Se inmoviliza ante sus papeles y su expresión se suaviza: ha llegado a puerto. -¿ Y eso ?