, mientras habla, ha iniciado eficazmente el arreglo de la habitación. El viejo, en vez de batirse en retirada, como los demás días, sigue gustoso la charla. «Una moza que odia a Milán... ¡Vaya, merece oírla! » -ClaroqueodioaMilán.Meencantaelcampo y los animales. Todos... ¡Todos -insiste riendo--, hasta las moscas!... Por eso estudio veterinaria. El viejo recuerda al veterinario de su juventud,
SON:103.28
ODIAR - Sentir una intensa antipatía y aversión [hacia alguien cuyo mal se desea]