es carnal: es una abstracción. Nuestra pornografía es visual y mental, exacerba la soledad y colinda, en uno de sus extremos, con la masturbación y, en el otro, con el sadomasoquismo. Lucubraciones a un tiempo sangrientas y fantasmales. El espectáculo del Occidente contemporáneo habría fascinado,aunqueporrazonesdistintas,aMaquiaveloy a Diógenes. Los norteamericanos, los europeos y los japoneses lograron vencer la crisis de la postguerra y han creado una sociedad que es la más rica y próspera de