universal capaz de cambiar a los hombres fue una operación de índole religiosa. Pero la política no es ni puede ser sino una práctica y, a veces, un arte: su esfera es la realidad inmediata y contingente. Tampoco la ciencia -másexactamente:lasciencias-sepropusieron nunca cambiar al hombre sino conocerlo y, si era posible, curarlo, mejorarlo. Ni la política ni las ciencias pueden darnos el paraíso o la armonía eterna. Así, convertir