exige la circunstancia-, intercambian signos de admiración y reconocimiento, formulan comentarios en voz baja: vi tu última película, devoré tu última novela, leí tu última crónica o entrevista. ¡Extraordinaria, sencillamente extraordinaria! Los mutuamente alabados se inclinan satisfechos y mientras uno y otrosealeja,oirásmurmuraralquequeda,unfracaso, una verdadera mierda, una triste sombra de sí mismo, ha perdido todo su talento, mientras, ignorado por ellos, te abres paso como puedes entre la