paz, te dice. No soporto más tu jeta asquerosa. Yo, le dices. Basta de pucheros, te dice. Has fracasado en todas las pruebas. Inventa otra cosa si puedes: lo que es yo, ya no aguanto. Unamúsicadetamboresyflautas,acompañando una delicada salmodia, cubrirá paulatinamente su voz. Los derviches, tocados con gorros ocres en forma de estela mortuoria y envueltos en el blanco simbólico de sus mortajas, empiezan a girar