lejanía un vacío feroz que se me acercaba. Era como una inmensa boca abierta dispuesta a devorarme. Ahora miro hacia aquellos años que fueron nuestros, y me parece que todo ha sido barrido por aquel mismo viento terrible que escuchábamostúyyo,cogidosdelamanoycontemplando sobrecogidos, desde la ventana de la torre, las ramas de los árboles azotadas por el vendaval. Ya no queda nada. El tiempo se diluye continuamente. Ahora ya estoy sola sobre