. Miguel se sentaba a su lado para ver los dibujos animados y le observaba de reojo, veía cómo resbalaba la saliva por las comisuras de sus labios y cómo paseaba sin atención su mirada sobre el televisor, los muebles, las personas. Cuando sabía quesuabueloleestabacontemplando,teníalasensación de no conocer a aquel anciano frágil y caduco, de movimientos lentos, casi ausentes. En cierta ocasión, el abuelo le tocó suavemente el brazo y depositó después