has llegado! Estaba encantadora, con su pelo negro ensortijado y húmedo, con aquella sonrisa suya, otra vez blanquísima y deslumbrante sobre el fondo bronceado de su tez. Era de nuevo aquella mujer fascinante, aquella deliciosa madre con la que había convivido durante diez días únicos. MercedesavanzóhaciaOnésimaylepreguntó si, en su ausencia, había tenido problemas con la casa y si había sido suficiente el dinero que le había enviado. La criada dijo desde luego, señorita,