quieres salvar tu alma! ¡Dios no es tan generoso como para apiadarse de un pecador como tú!». El niño se decidió a asomarse y la vio en el suelo, haciendo penosos esfuerzos por levantarse. Junto a ella estaban los fragmentos del vaso que había arrastradoensucaída.Lacocinaestabailuminada con tubos de neón y la luz blanca resaltaba las arrugas de su rostro y le confería un tinte grisáceo. Su pelo y sus ropas estaban en desorden. «Tiene
TER:076.06
ARRASTRARI - Llevar por el suelo, llevar consigo al marcharse.