allá de la puerta. Los acontecimíentos se sucedían entonces con gran rapidez y, así, aquella misma noche descubrió Miguel que su cofrecillo había desaparecido. Lo buscó en vano por toda su habitación, con la esperanza de que Onésima lo hubiera descubierto y cambiado desitioysinquereradmitirlaexplicaciónmás evidente. El médico, en presencia de Carlos, le explicó muy cariñosamente cuál era la enfermedad de la abuela, le habló de un bicho feísimo que la estaba devorando