un mártir de la justicia. Otra tarde, ella le habló del reportaje que había hecho de una guerra asiática y Miguel se entusiasmó imaginando el fragor de la batalla. Su madre le dijo que todo aquello era mucho menos excitante deloqueélpensaba,anadielegustaadmitir que la luna tiene muy sucia su cara oculta. Charlaron sobre otras cosas y, cuando ella le preguntó si se encontraba a gusto con los abuelos, el niño contestó que sí,