suavidad la mano. «Seguramente ahora --pensó David-- me hablará del futuro. Ha llegado el momento de decidir en qué universidad voy a estudiar.» Pero el padre había cerrado los ojos. --Estás cansado. Ya hablaremos --dijo David. Elpadrelemiróyasintióconungesto,peroaDavid le pareció que estaba lejos, medio ausente o adormilado. --Ya hablaremos --repitió. Cuando volvió a la noche dejó la bicicleta en el portal