, les dejo con la boca abierta cuando enseñe la foto en el café de Beppo. ¡A nadie allí le han retratado la voz, ni en Catanzaro! ¡Ni siquiera saben que se retrata!» Entre tanto, en su despachito, Valerio dispone el magnetófono. --Empecemos,¿leparece?Cuéntemealgopara que lo oiga mañana el profesor Buoncontoni. --¿Algo de qué? --Cualquier historia calabresa... Lo que recuerde. Pero en la mente