otra vez a por el pan. -No, papá, no se preocupe. Tengo yo que comprar unas cosas mías. De..., de perfumería, eso. La mirada y el tono de Andrea delatan malos humores y el viejo decide largarse también en cuanto ellasemarche.Noquiereestarasuregreso,porque un día cualquiera se va a hartar y va a mandarlo todo a paseo... Cuando él sale, Andrea ya ha llegado a su frutería