, han sido siempre un embudo cazahombres donde acechan al pobre los funcionarios, los policías, los terratenientes, los mercaderes y demás parásitos. La salida de la autopista, con su casilla de control para detenerse y entregar un papel, es justamente la boca de la trampa. Empiezanlossuburbiosyelviejomirareceloso, a un lado y a otro, las tapias, hangares, talleres cerrados, viviendas baratas, solares, charcos... Humo y bruma, suciedad y escombros, faroles solitarios y siniestros.