nada! Evidentemente, piensa el sargento, es un perturbado. ¿O acaso lo finge, para disimular algo más grave ? Manda encerrar al viejo en una habitación de espera y delibera con su escribiente, porque el comisario hasalidoaunadiligencia.¿Quéhacer?¿Empezar las llamadas rutinarias al manicomio, clínicas y hospitales ? - ¡ Oiga, sargento! ¿ No sacaríamos algo por este profesor Buoncontoni? -sugiere el escribiente, que ha encontrado la tarjeta