ante la fuente de San Francisco, recuerda la noche de San Silvestre con Hortensia. El santo tiene cara de buen hombre, pero... «En vez de mirar por los pajarillos, que se me comen las ciruelas -se encara el viejo con el bronce-, yapodíasocupartealgomásdelosniños...Después de todo, eres amigo de Hortensia.» Le llaman a su espalda y se vuelve sorprendido. Al ver a Valerio recuerda que quedaron en verse