Panganata, que tuvo tres maridos... Pero no te apures: si no la tienes, aquí estoy yo. ¡Dejate llevar por mí, niñito mío! ¡Yo te pondré en la buena senda para escalar la vida, que es dura como la montaña, pero te llenaelcorazóncuandoestásenloalto!» -¿Lo ve usted, señor Roncone? ¿Lo ve usted? El viejo deja al niño sobre la moqueta junto a la cuna