tresillo y espejo, deteniendose ante el ascensor. Al viejo no le gusta, pero desiste de subir a pie, al saber que son ocho pisos: « ¡ Buena se pondría la Rusca!» Llegados arriba el hijo abre despacio la puerta yenciendeunasuaveluz,recomendandosilencio al viejo porque el niño estará dormido. Aparece una silueta en el pasillo: -¿Renato? -Sí, querida. Aquí estamos. El viejo reconoce a Andrea: su