que nunca vio en otros escaparates. Tienen hasta verdadero pan: redondo, bastones, roscas e incluso el especial para rellenar con el sofrito chorreante de salsa de tomate que rebosa al morder. Como dice el refrán de Catanzaro: «Con el morzeddhu«comes,bebesytelavaslacara.» La señora sale del mostrador para atenderle. Buenas caderas, sin gorduras. Pantorrillas a modo, pero el tobillo fino. Y ese acento emocionante, que le impulsa