¿por qué no? --preguntó Julián. Genoveva, sorprendida por el repentino interés en lo que no pasaba de ser un ejemplo de la complacencia de María ante los caprichos del padre, se quedó un momento en suspenso. --Nosé.Nolegustaba.Creoquepreferíalaeducación inglesa, más rígida, más seria. Y luego yo también me había educado en Inglaterra, con las monjas... «También en esto estaban de acuerdo: Francia, no.»