por la emoción, pero un osito que huele a sándalo, a almizcle, a planta, a materia orgánica. De todo el castillo, el único lugar intocado era este teatrito; pulido, albeante, alhaja demasiado fina para dejarla caer en el abandono.Yohubierapodidorodarenelafelpamiento de sus pasillos rojos, en la redondez abullonada de todos sus palcos, rodar de pura exaltación, como una piel mullida, un vello humano tierno y oloroso. Hubiera querido