los actores! ¡Y qué elegancia la de Alex al mantener este secreto, que obviamente me estaba destinado! Se abrió el telón sobre una pantalla blanca y al mismo tiempo, tras de nosotros, en el palco donde estábamos sentados, únicos espectadores, únicostestigosdelprivilegio,empezóelbisbiseodelproyector cinematográfico. Vi la señal, un ojo amarillo y redondo como el de un loro atento en la oscuridad. Comenzó la película; escuché en lo negro el pespuntear del