era casi automátic el siguiente comentario dirigido a la madre de una niña vestida de primera comunión: «Ahora lo que hace falta es que la vea usted casada.» En este «verla casada» iba implícita más unaalusiónalaimagende«volverlaavervestidadeblanco» que a los problemas reales que pudieran iniciarse para la futura esposa una vez concluida aquella ceremonia de los azahares, el himno nupcial, las alianzas intercambiadas y las enhorabuenas.