Honrada por la posteridad. ZOÉ.- ((Abrazada a él.)) Como una verdadera zorra, ya lo sé. Tenía razón la pobre Anaís. He obrado por instinto natural. Es del todo inútil querer ser decente. ¿Cómoparecerélocontrario?¿Sabrévestirme,sabré fingir tus protocolos, sabré sentarme... sin que nadie llegue a sospechar? VILLIER.- .- Nadie puede sospechar nada de una baronesa de Gastonneaux. ((