nada, padre. No se preocupe. Es que se me ha disparado al limpiarla, sin querer. ¿Un agujero en la pared? Ponga usted otro tapón. (Entra y cierra. Coge su ropa que se está quitando Jaimito, yselapone.Elenasevistetambién.) ALBERTO.- Era el cura. Esos están ya a diez kilómetros. (Mira a Jaimito.) Tú estás pirao. Si nos das a uno, ¿qué? pero ¿has visto dónde has apuntado?