mintiendo! ¡Tú no le has visto. --¡Sí, le he visto! ¡Estaba ahí, detrás de la cancela, donde tú estás ahora mismo! Entonces, acercandose a mí y mostrandome al fin su rostro amigo, me dijo: --Elsevestíadeesamanera.Perotúnohaspodido verle, porque está muerto. Se ahorcó este verano. No sé qué se reflejaría en mi rostro para que Juana cogiera mi mano con toda su ternura, que era mucha, y