aparecida de la noche a la mañana y que se abría paso a codazos entre la gente de apellido ilustre. Aquellos nuevos ricos avasalladores y sin escrúpulos, caricaturizados por Tono, Mihura y Herreros, estimulaban asushijasenelafánde«estaralaúltima»,lasvestían con los modelos más llamativos de Balenciaga y las presentaban en sociedad a bombo y platillo, sin reparar en gastos. En una palabra, estaban contribuyendo a crear, con su ejemplo, una generación