había guardado el águila. «En una de las habitaciones inútiles», contestó. No vivía nadie en ellas. Dos tías lejanas le hicieron una visita y le regalaron libros para colorear. Todos parecían de acuerdo en tratarle como si fuese más pequeño de lo que era.Vestíanlasdosdenegro,comolaabuela,ya veces hablaban entre sí en voz baja, para que ella no las oyera. «¿Cuánto tiempo hace que no ves a tu madre?», preguntó a Miguel una de ellas, la más fea,