", exclamó. Los guardaespaldas tuvieron muchísimo trabajo porque su jefe descendía a cada instante del carro descubierto y en los sitios más expuestos abrazaba niños, los levantaba en vilo y se dejaba envolver por oleadas de mexicanos que se agolpaban encontrasuya.¡Ybienquelehabíanrecomendadoque no lo hiciera, que no podían responsabilizarse de movimientos imprevistos! "Las decisiones se toman allá en lo alto --piensa el capitán--, pero a los que matan son a