. Pienso que uno de ellos podría ser nuestro hijo, y siento que daría no se qué, mi oficio, mi vida de pintora por verlo así con su tablier d'écolier a cuadritos blancos y azules, haberlo vestido yo misma, pasado el peine entre sus cabellos,recomendadoquenosellenelosdedosdetinta, que no rompa su uniforme, que no... en fin todo lo que hacen las madres dichosas que a esta hora en todas las casas de París aguardan a sus hijos para tomarlos entre sus