de los árabes. Todos los presentes prorrumpieron en murmullos de aprobación y un pelota batió palmas. Habló nuevamente la voz de la tostadora: --Habiendo concluido así la agenda del día de hoy y no habiendo más asuntos que tratar, voy a levantar lasesión.Alosquedeseenquedarseseles servirán pastas secas y tisana. Nadie hizo ademán de levantarse y algunos dieron olés y pronunciaron frases de gratitud, aunque casi todos arrugaban la nariz, fruncían los