noche nos echábamos sobre ellos como lobos... y a fuerza de coraje los destrozábamos. La voz inapelable añade: -Esa es la verdad. El día es de los que mandan sí. Pero la noche es nuestra. En el muerto silencio de la casa sólo el viejo partisanovela. De pronto su oído alerta percibe los pasitos menudos. Se sienta en la cama. Sorpresa: no se alejan hacia el dormitorio de los padres. El viejo saca las piernas de
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VELARI.2 - Permanecer sin dormir durante el tiempo destinado normalmente a ello