. Observen cómo el ministro se cubre la cara con el pañuelo. --Está usted igual --apostilló Pebrotines. --Debo advertirles --dijo la voz-- que en todas las diapositivas en las que salgo yo mi rostro aparece tapado por uno de esos rectángulos negros de quesevalenciertoscinesparasustraerdesusanuncios senos, vulvas, prepucios, ojetes y, en resumidas cuentas, cuanto pudiera ofender a la moral. Aquí, por ejemplo, salgo yo otra vez llegando al aeropuerto