, logreros, mercenarios y genocidas? --Que me gusta --dije enardecido--. Sigue. --¿No entraría en el terreno de lo factible --prosiguió la Emilia, contagiada de mi ardor y, dicho sea de paso, de mi incurable verborrea-- que el enemigo, valiendosedelosaparatosdequeaquíhaypletora, hiciese descarrilar al satélite de su ruta y caer sobre estas tierras? --¡Menudo batacazo! --No seas ingenuo. He leído