Texto contextualizado: |
Los Zeting ya no estaban en París. Salías por carbón, yo creo, impotente ante el sufrimiento. Recuerdo que una tarde intentaste leer el periódico y se me grabó tu gesto de desesperación: "No puedo Quiela, no entiendo nada de nada, nada de lo que pasa en este cuarto." Dejaste de pintar, Dieguito murió, fuimos casi solos al cementerio, a Marie Blanchard se le escurrían las lágrimas, siempre dijo que Dieguito era su ahijado, el hijo que jamás tendría. Ese día hizo un frío |
DIE:019.08 |