--¿Ante su propia víctima? --Sí, una barbaridad. El Buey, en una de mis visitas, porque ahora yo lo visitaba, me dijo que mientras le alcanzara el dinero se confinaría en su casa, pero que probablemente en un futuro no demasiado lejanotendríaquetrabajar. --¿De qué? --Eso mismo le pregunté yo. Me dijo: «De monstruo de circo.» Su respuesta me pareció tan apropiada y tan absurda, que tuve