pervertío. --¿Quién es usted? --preguntó la Emilia con esa voz de pito que se saca después de recibir un susto. --Azucena Remojos, fregona pedanea, para lo que tengan a bien los señores disponer. --Yo creía que las compañeras de la limpieza sólo trabajabanporlasmañanas--dijoinquisitorialla Emilia. --Eso, y por las tardes nos reunimos todas para jugar al bridge --replicó la fámula--. Bien se echa de ver que